Las claves para elegir el primer coche para la generación Z

Cuando un hijo o hija, recién estrenado el carné de conducir, lanza la esperada frase de «papá, quiero un coche», un mar de dudas asalta a los padres. ¿Es el momento adecuado? ¿Debería ser un coche nuevo, uno usado de la casa o de segunda mano? Más allá del deseo, la preocupación principal debería ser la seguridad, especialmente si consideramos que, según la OMS, los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte y la segunda de discapacidad entre los jóvenes a nivel global.
Sin embargo, la realidad económica en España parece contradecir esta prioridad. A menudo, el ímpetu de la juventud se une a la inexperiencia al volante, y un coche de alta cilindrada o caprichoso podría acarrear más riesgos.
Precios elevados y sueldos bajos son dos factores que limitan el acceso a un vehículo nuevo a gran parte de los jóvenes en España. Aunque no existe una cantidad fija de dinero que se debería destinar a la compra de un coche nuevo, ya que depende de la situación financiera personal, hay algunas reglas generales que pueden ayudar a la hora de tomar una decisión informada.
Entre ellas no gastar más en un coche de lo que se gana en un año, pagar el 20% del precio del coche como entrada, financiar el resto a cuatro años, y no destinar más del 10% de los ingresos mensuales al pago del coche. Es imprescindible además considerar qué tipo de coche se necesita (tamaño, modelo, características) y hacer un presupuesto detallado que incluya todos los gastos relacionados con el coche (seguro, combustible, mantenimiento, impuestos).
Por su parte, el mercado de ocasión ofrece alternativas muy razonables , aunque en muchos casos a cambio de compras al contado.
Según el 'Estudio Europa de Automoción 2025' elaborado por el Observatorio Cetelem, uno de cada dos encuestados ve determinante el precio en el momento de querer comprarse un coche. Este hecho influye en que el 59% de los europeos menores de 30 años compren su primer coche de ocasión, frente al 41% que lo adquieren nuevo. El precio medio en Europa para la compra del primer coche es de 13.985 euros, de acuerdo con el estudio. En España, el 56% de los encuestados opta por comprar un coche nuevo a la hora de adquirir un vehículo. Del mismo modo, nuestro país se encuentra por encima de la media europea, con un gasto medio de 15.625 euros por la compra de un vehículo de segunda mano.
Por último destacan el bajo interés, solo el 12% de las menciones (el 17% en España), en cuanto al impacto medioambiental de los vehículos de combustión. A pesar de ello, cerca de a la mitad de los jóvenes considera que el automóvil es la principal causa del cambio climático.
El 50% de los jóvenes afirma que el coche eléctrico es más respetuoso con el medio ambiente y señalan al coche como la principal fuente de contaminación en las ciudades. Pero los coches de combustión, especialmente los de gasolina o con algún tipo de hibridación, son los que dominan el mercado. También entre los clientes más jóvenes.
La adquisición de un coche nuevo para un joven conductor suele venir acompañada de una decisión casi automática: asegurarlo a todo riesgo, al menos durante el primer año. Sin embargo, lo que muchos padres no anticipan es que la póliza se convertirá en una de las partidas más gravosas y, a menudo, en un verdadero quebradero de cabeza económico. Las aseguradoras, basándose en frías estadísticas, consideran a los conductores jóvenes mucho más propensos a sufrir siniestros, lo que se traduce en primas significativamente más elevadas.
Para ilustrar esta disparidad, basta con comparar la situación: un joven piloto al volante de un coche deportivo puede enfrentarse a una prima astronómica -e incluso a la negativa directa de algunas compañías a asegurarlo-, mientras que un conductor de mayor edad con un sedán familiar pagará una cantidad notablemente inferior. Esta diferencia se justifica por el mayor «riesgo de siniestralidad» asociado a la falta de experiencia y, en ocasiones, al estilo de conducción más impetuoso de los noveles.
Ante este panorama, una práctica cada vez más extendida entre los padres es asegurar el coche a su nombre, figurando ellos como tomadores de la póliza, pero haciendo constar explícitamente a sus hijos como conductores habituales. Si bien esta estrategia encarece la prima en comparación con si el conductor fuera solo el progenitor, el incremento es sustancialmente menor que si el asegurado directo fuera una persona de 18 años. Es un intento de suavizar el impacto económico sin comprometer la legalidad.
No obstante, es crucial tener una precaución: omitir al conductor novel para abaratar aún más el seguro es una trampa peligrosa. Si la compañía aseguradora descubre que el conductor habitual es un joven no declarado en la póliza en el momento de un accidente, puede negarse a hacerse cargo de los daños. Esta situación no solo dejaría a la familia con una cuantiosa deuda, sino que también daría motivos a la parte contraria para iniciar un litigio y, muy probablemente, ganarlo. La transparencia y la honestidad al declarar a todos los conductores habituales son, por tanto, fundamentales para evitar complicaciones legales y económicas a largo plazo.
La seguridad es un factor importante para el 42% de los usuarios en España, con un 10% más que la media europea. Asimismo, los usuarios que eligen un coche de ocasión en España ven el kilometraje como su cuarta opción, con el 18%. Los jóvenes españoles valoran en un 19% la marca y el tamaño, y la potencia y las prestaciones son interesantes para el 21%.
ABC.es