BMW mantiene una doble apuesta: cómo se beneficia BMW del V8 y los coches eléctricos

Foto: BMW Group / Collage: ams
¿Un híbrido enchufable de 748 CV con un V8 biturbo? ¿Y al mismo tiempo, un aumento en las ventas de los modelos i totalmente eléctricos? BMW parece estar navegando con éxito en ambos frentes del futuro automotriz en 2024. Mientras muchos fabricantes optan por un camino claro, generalmente eléctrico, BMW sigue una doble vía. Con un éxito asombroso: la compañía con sede en Múnich registró ventas récord de motores V8 y vehículos eléctricos ese mismo año. ¿Una contradicción? Solo a primera vista.
El M5 actual ofrece 727 CV de potencia total, generada por un motor de combustión de ocho cilindros y un módulo eléctrico adicional. Para los puristas de la tecnología, esto puede parecer una concesión. Para BMW, representa una adaptación óptima al mercado. El V8 ofrece sonido, tacto y tradición. El motor eléctrico proporciona par, eficiencia y reducción de CO₂ en el ciclo de prueba. Se trata de una estrategia dual, emocional y técnica, que encaja a la perfección con la imagen de la marca: deportiva, progresista y siempre un poco diferente a la competencia.
La base de este equilibrio es la plataforma CLAR. Funciona como un kit de motor: un mismo chasis puede albergar un motor de seis cilindros en línea, un motor eléctrico o el V8 electrificado, con la abreviatura interna S68.
El concepto tiene un éxito especial al otro lado del Atlántico. En EE. UU., BMW no solo alcanzó un récord de ventas de vehículos eléctricos en 2024, sino también el mayor número de ventas de motores V8 en la historia de la marca. Una de las razones: la revocación política de muchas regulaciones ambientales. Mientras California lidia con regulaciones especiales, otros estados están creando nuevas oportunidades para los motores de combustión de alto rendimiento. BMW está aprovechando esta dinámica del mercado, no solo con los tradicionales motores de ocho cilindros, sino también con SUV híbridos como el XM.
Así, BMW sigue siendo uno de los pocos fabricantes que no elige un solo motor, sino que los atiende a todos. En la tensión entre los objetivos de CO₂ y las expectativas de los clientes, este enfoque parece un ejercicio de equilibrio. Pero es un cálculo calculado: el V8 genera márgenes, mientras que el coche eléctrico garantiza los objetivos regulatorios. Esta combinación no es retrospectiva ni oportunista, sino simplemente orientada al mercado.
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