Los faros de los coches son oficialmente demasiado brillantes: están obligando a los conductores mayores a aislarse.


Una reciente encuesta del RAC ha confirmado lo que millones de personas ya sabemos: los faros de los coches modernos son demasiado brillantes. Más del 89% de los conductores afirman haberse sentido deslumbrados por las luces de los vehículos que vienen de frente. Y para quienes tenemos más de 40 años, no se trata solo de una molestia pasajera, sino que se ha convertido en algo mucho más serio. Cada vez más personas mayores sienten tanta ansiedad al conducir de noche que simplemente dejan de hacerlo. Lo que se está gestando —de forma silenciosa pero constante— es una especie de toque de queda no oficial. Uno que no impone el gobierno ni la ley, sino el miedo. Las personas mayores que antes conducían para ir a clases nocturnas, a cenar con amigos o a clubes sociales ahora encuentran profundamente inquietante la idea de ponerse al volante después del anochecer. ¿Y quién puede culparlas?
Con la edad, nuestros ojos se vuelven más sensibles al deslumbramiento. El Colegio de Optometristas explica que, a partir de los 40 años, la capacidad del ojo para adaptarse a los cambios de luz disminuye. Nuestras pupilas reaccionan con mayor lentitud a las luces brillantes, nuestras retinas pierden eficiencia y la sensibilidad al contraste —la capacidad de distinguir entre luz y oscuridad— empieza a declinar. En resumen: los faros de un coche que no molestan a una persona de 25 años pueden resultar cegadores para alguien de 60, 70 años o más.
No son solo los coches que vienen de frente los que causan problemas. En las autopistas, los haces de luz de alta intensidad de los todoterrenos y SUV deslumbran a través de los retrovisores, incluso con las luces bajas.
En las sinuosas carreteras rurales, los faros aparecen de repente al doblar las curvas, cegando la vista con una luz blanca intensa. Y luego están las motos que rugen por detrás, con las luces largas encendidas, dejándote momentáneamente deslumbrado. Es sorprendente, desorientador y nos hace sentir inseguros a muchos.
En mi generación, nos educaron para ser independientes, para seguir adelante sin armar lío. Pero esto se está convirtiendo en algo más que un inconveniente. Si las personas mayores no podemos salir después del anochecer, quedamos prácticamente excluidas de la sociedad durante medio año.
En los meses de invierno, cuando oscurece a las 4 de la tarde, eso significa perderse de todo, desde cenas familiares hasta conciertos, clases nocturnas y eventos comunitarios. El impacto en el bienestar mental, las relaciones sociales e incluso los niveles de actividad física es profundo.
¿Cuál es la solución?
Todo comienza con el sentido común y la compasión. Los fabricantes de automóviles tienen la responsabilidad de diseñar luces que garanticen la seguridad de todos, no solo del conductor. Unos faros demasiado intensos pueden mejorar la visibilidad del conductor, pero pueden deslumbrar por completo a quienes se aproximan.
Los organismos reguladores y el gobierno también deben actuar. Necesitamos urgentemente:
Análisis completo de los niveles de brillo de los faros.
Sistemas de nivelación de faros obligatorios en todos los vehículos nuevos: los haces de luz se ajustan en función de la carga y el ángulo.
Tecnología automática de reducción de deslumbramiento integrada de serie en los retrovisores.
Se reforzarán las directrices para motoristas y conductores sobre el uso de las luces bajas y la consideración hacia los usuarios mayores de la vía.
El propio portavoz del RAC ha reconocido que los conductores se sienten indefensos y que las luces deslumbrantes afectan a la confianza y la seguridad. Así pues, pasemos de la concienciación a la acción.
Mientras tanto, insto a los conductores mayores a que no se avergüencen de cambiar sus rutinas, pero tampoco a que renuncien por completo a su independencia.
Si te preocupa conducir de noche, considera alternativas diurnas, como compartir coche o usar el transporte público siempre que sea posible. Y si tienes que conducir después del anochecer, asegúrate de que el parabrisas esté impecable (la suciedad aumenta el deslumbramiento), comprueba que los faros estén bien alineados y reduce la velocidad.
Todos queremos mantenernos activos e independientes al envejecer, y eso incluye poder salir después del atardecer. Con los ajustes necesarios por parte de la industria y el gobierno, no hay razón para que no podamos lograr que nuestras carreteras sean más seguras y accesibles para todos.
Mantengamos conectadas a nuestras comunidades y asegurémonos de iluminar el camino, en lugar de cegarnos unos a otros y aislarnos.
Daily Express




