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Renault 4 CV Jolly: tiempo de glamour y pieles bronceadas

Renault 4 CV Jolly: tiempo de glamour y pieles bronceadas

Y, culmen del esnobismo, pequeños y modestos coches transformados de forma exclusiva, sin puertas, sin techo, en su lugar un pequeño toldo… Eran los coches de playa, una historia con orígenes difusos si bien el Fiat Topolino Belvedere «Mare» se presenta como el arranque de la misma, un coche creado en 1954, por el departamento de Fiat «Carrozeria Speciale» por encargo de Gianni Agnelli.

«L'Avvocato», Gianni Agnelli, está en el centro de esta historia pues además de ese Topolino «Mare», a él se debe el famoso «Eden Roc» (del que se hicieron tres unidades), obra de Pininfarina sobre una base de Fiat Multipla. Inicialmente llamado «Spiaggina», se presenta en el Salón de Paris de 1956.

Agnelli lo utilizaba durante sus estancias veraniegas en la famosa «Villa Léopolda», construida por el rey Leopoldo II de Bélgica en 1902, sobre un terreno de 8 hectáreas entre Niza y Mónaco, o en ocasiones como el Festival de Cannes.

En una subasta reciente se pagaron más de seiscientos mil euros por una de las tres unidades…

En el Salón de Turín de 1957, Ghia presenta los Jolly sobre base del Fiat 500 y, en la foto, del 600 G. S.

En 1957, en el Salón de Turín arranca nuestra historia propiamente dicha. El carrocero Ghia presenta en su estand dos coches de playa, sobre base Fiat bajo la denominación «Jolly» . Se dice que se trataba de una iniciativa del director de la empresa, Gigi Segre (inspirada en los taxis de Capri e Ischia), a la que daría forma el joven y brillante diseñador Sergio Sartorelli. Se trataba de un 500 y de un 600 y, en ambos casos, la transformación seguía las mismas pautas. Así desaparecía el techo, sustituido por un toldo de rayas Surrey con flecos, sujeto en la parte delantera al parabrisas y en la posterior por unas varillas. También las puertas se retiraban y en el interior los asientos originales eran sustituidos por unos de mimbre. De aquellos 500 y 600 Jolly, se hicieron unas seiscientas y setecientas unidades respectivamente, incluyendo algunas sobre la base del Multipla.

El Jolly se convirtió rápidamente en un icono de la Dolce Vita durante la época dorada de Italia. Agnelli regaló algunos de estos elegantes coches de playa a sus amigos más cercanos. Aristóteles Onassis tenía uno en su yate, Lord Rothschild uno en su finca de Corfú y Lyndon Johnson uno en su rancho de Texas.

Ghia realizaría medio centenar de unidades del Renault 4 CV Jolly G. S.

Pero en el año 1961, último de producción del Renault 4 CV o 4/4, concebido en la clandestinidad durante la ocupación alemana de Paris y nacido en 1948, Ghia decide construir alrededor de cincuenta coches «Jolly» sobre el modelo de la marca del rombo, la mayoría de los cuales acabaron en Estados Unidos. El coche montaba el motor de 747 cc.

Se siguió el mismo principio de los Fiat 500 y 600. La carrocería original del coche fue modificada considerablemente. Se retiraron el techo y, en este caso, las cuatro puertas. Para mantener la rigidez de la carrocería, se elevaron considerablemente los umbrales. Los pasajeros traseros estaban protegidos únicamente por placas de chapa que se extendían desde el pilar B. Los parachoques originales fueron sustituidos por unos de tubo cromado, y en algunos casos se sustituyeron las ruedas por las del Dauphine.

Los asientos originales dejaban paso a unos de mimbre, elemento clave en los Jolly G. S.

Todos los Renault 4 CV Jolly, denominados oficialmente como «Resort Special» contaban con un techo de lona. Este se acoplaba en la parte delantera al pilar recortado del parabrisas, mientras que en la trasera se sujetaba con solo con dos varillas: imposible ir más allá de 50 km/h pero que importaba en un coche donde lo que interesaba era ver y ser vistos.

Y, por supuesto, los asientos originales se sustituyeron por otros de mimbre.

El ocupante de la plaza delantera derecha tenía una barra cromada, situada en el salpicadero, para agarrarse y unos tubos cromados, semejantes a los utilizados como parachoques, se situaban en la parte superior de los umbrales y alrededor del asiento trasero para ser utilizados como asideros por los ocupantes.

Pocos de los que contemplaron los primeros Renault 4 CV color amarillo arena (se había utilizado pintura proveniente del Afrika Corps, requisada por el gobierno francés) imaginaban que un día aquel automóvil, convenientemente transformado, se «codearía» con el glamour…

Y puede alguien pensar que estos Jolly estaban lejos del lujo de los Ferrari, Maserati o Jaguar de la época, pero la exclusividad por las escasas unidades fabricadas, por la personalidad de sus propietarios, les hace muy especiales.

Afortunados propietarios con un estilo de vida que ya no ocupa portadas en revistas colgadas en los quioscos, sino artículos de historia colgados en la red.

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