Crece el uso del transporte público, pero la conciencia ambiental y el coche eléctrico no despegan

Pese a la preocupación general por reducir emisiones (82,7%), solo el 15,6% de los españoles ha modificado sus hábitos por razones ambientales. El precio, la autonomía y la escasez de puntos de recarga frenan la adopción masiva del vehículo eléctrico o híbrido.
En el contexto del verano de 2025, cuando la DGT prevé con un récord histórico de más de 100 millones de desplazamientos, un estudio de Triodos Bank sobre «Conductas sostenibles de la población española» arroja luz sobre los hábitos de movilidad y la concienciación ambiental de los ciudadanos.
Aunque el vehículo propio sigue siendo la opción preferida para el ocio (39,3%), se observa un leve aumento en el uso del tren (20%), avión (11,9%) y autobús (6%) en comparación con 2024.
Fuera de los periodos vacacionales, los factores clave que determinan la elección del transporte son el tiempo de desplazamiento (55,5%), la comodidad (52,9%) y el coste económico (36,4%). Sorprendentemente, a pesar de que un 82,7% de la población considera importante reducir las emisiones en el transporte, solo un 15,6% ha cambiado sus hábitos por razones ambientales, lo que supone un descenso de cinco puntos respecto al año anterior. La preocupación general por el impacto ambiental también baja ligeramente al 15%.
El estudio destaca una tendencia positiva en el uso del transporte público. Un 80,2% de la población afirma utilizarlo al menos ocasionalmente, un incremento de cuatro puntos frente a 2024, reduciéndose el porcentaje de quienes nunca lo usan. Sin embargo, el uso mayoritario sigue siendo ocasional (46,6%), y solo un 13,5% lo utiliza a diario.
La ciudadanía reconoce la existencia de políticas públicas para fomentar el transporte público, pero solo un 10,1% cree que se aplican en todos los ámbitos. La demanda de los usuarios es clara: un 78,9% reclama mejoras en calidad, frecuencia y accesibilidad, un 42,6% aboga por incentivos económicos y un 38,3% por renovar infraestructuras y flotas. Se aprecian diferencias territoriales, con Madrid (93,6%) y Cataluña (88,4%) mostrando un mayor uso ocasional o frecuente.
A pesar de iniciativas como el Plan MOVES III, el vehículo eléctrico no termina de consolidarse masivamente en España. Aunque el 56% de los encuestados se plantearía cambiar a un coche híbrido o eléctrico, solo un 13,7% asegura que lo hará pronto.
Las principales barreras identificadas para la adquisición de estos vehículos son claras: el precio de compra (60%), el escepticismo sobre su autonomía (56,6%), la escasez de puntos de recarga (55,7%) y la duración de las baterías (52,6%). Apenas un 4% de la población no aprecia ninguna barrera.
En cuanto al papel de las administraciones públicas, solo un 43,8% cree que se impulsan medidas para fomentar la adopción de coches eléctricos, y de ellos, un 34,9% considera que son insuficientes. Un 38,8% directamente opina que los incentivos son limitados y poco accesibles.
El informe concluye que, si bien hay una conciencia general sobre la sostenibilidad, la traducción de esta en cambios de hábitos concretos y la superación de las barreras económicas y de infraestructura son los grandes desafíos para la movilidad sostenible en España.
ABC.es