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Historias de la radio…, en el coche

Historias de la radio…, en el coche

Las primeras radios para coches aparecieron a principios de la década de 1920, inicialmente en Estados Unidos, como artículos personalizados y únicos, fabricados por aficionados basándose en la tecnología contemporánea de válvulas de radio. Al principio, este desarrollo causó admiración en Europa. Por ejemplo, un artículo del 13 de agosto de 1922 en el periódico «Berliner Illustrierte Zeitung» informaba sobre la «tecnología inalámbrica como pasatiempo: la última moda en Estados Unidos». El artículo incluía ilustraciones de una instalación de radio que incluía un sistema de antena que abarcaba el parabrisas.

En la década de los 30, en Chicago, los hermanos Joseph y Paul Galvin crean una radio para automóvil a la que bautizan Motorola. La radio de válvulas funcionaba con una sola batería y requería una señal AM cercana bastante potente para captar la señal. Costaba 130 dólares, una cantidad muy elevada para la época, por lo que los conductores consideraban el sistema casi como un esnobismo.

Pero la pasión por la recepción de radio móvil creció rápidamente: la revista especializada alemana «Funkschau» escribió el 1 de junio de 1931: «Sin duda: los coches y las radios son la pareja perfecta. La velocidad con la que los vehículos permiten cambiar de ubicación se complementa con la libertad espacial de la radio».

Radios para coches en Europa

Bosch fabricó la primera radio para coche producida en serie en Europa. Se llamó Autosuper 5 (AS5) y fue presentada en el Salón de la Radio de Berlín de 1932 por Ideal-Werke, filial de Bosch (que introdujo la marca Blaupunkt ese mismo año). El dispositivo pesaba 15 kilogramos y costaba la imponente suma de 465 marcos. Un precio tan elevado suponía que solo estaban al alcance de compradores de coches muy lujosos.

Radio Telefunken con dial redondo de emisoras integrado en el panel de instrumentos en la parte inferior central, y altavoz en un extremo P.F.

En aquella época, era habitual fijar la unidad de control compacta directamente al panel de instrumentos, mientras que el voluminoso receptor y el amplificador se instalaban en un lugar diferente, como el maletero. En comparación, el AS5 ya era comparativamente compacto, lo que permitía instalar la tecnología debajo del panel de instrumentos. Solo unos años después, la radio se integraría a la perfección en el vehículo y su concepto operativo. Por ejemplo, se utilizó un dial redondo para la emisora de radio junto a los instrumentos, dentro del campo de visión del conductor.

La experiencia técnica de Segunda Guerra Mundial, permitió que las radios de coche se volvieron mucho más compactas y se pudieran integrar completamente en el panel de instrumentos. Por ejemplo, en el Mercedes-Benz 170 S (W 136), el primer vehículo de lujo de la marca tras la contienda bélica, radios como la Becker AS 49, introducida en 1949, estuvieron disponibles como equipamiento opcional para esta serie de modelos desde el 28 de febrero de 1950.

Becker Solitude de dial redondo de la década de 1950 con paneles de madera en el frontal, para instalar en el panel de instrumentos P.F.

El Motorola funcionaba exclusivamente con ondas de radio AM, que nunca ofrecían una calidad de sonido perfecta. No fue hasta 1952 cuando la empresa alemana Blaupunkt inventó un estéreo FM para automóviles, seguido de una radio AM/FM en 1953. Las emisiones de radio codificadas por modulación de frecuencia (FM) ofrecían una mejor calidad de señal. Otras innovaciones en la década de 1950 incluyeron botones de emisoras de radio y funciones de búsqueda de emisoras.

Los fabricantes de sistemas de audio para automóviles no tenían muy claro qué hacer a partir de entonces. Chrysler introdujo un fonógrafo para coches en 1956 y se asoció con Columbia Records para producir discos de 7 pulgadas que se podían reproducir desde un tocadiscos que se deslizaba desde el tablero. Si bien era innovador, resultaba poco práctico, ya que los discos saltaban mientras el vehículo estaba en movimiento.

El problema fue resuelto a principios de los sesenta por el ingeniero Earl Muntz. El Stereo-Pak, como se le conoció inicialmente, era una tecnología de cartucho que permitía almacenar música en soportes que no saltaban al conducir un coche. Muntz no tardó en comprender sus aplicaciones para el audio de coches. El sistema de cartuchos fue la primera tecnología real para elegir la música que se quería escuchar al conducir, y continuó siendo un elemento básico de los vehículos durante muchos años.

Aunque los casetes se introdujeron por primera vez en 1964, tardó al menos una década en reemplazar el reproductor de 8 pistas en los vehículos.. En la década de 1970 se introdujo el Autofahrer-Rundfunk-Informationssystem (ARI; «información de radiodifusión para conductores de automóviles»), un sistema que identificaba automáticamente los informes de tráfico emitidos como parte de la programación y aumentaba ligeramente el volumen.

A finales de los 70 ya no bastaba poder escuchar música en el coche. Ahora subía el nivel de exigencia de los usuarios. Así se podían comprar altavoces de alta calidad en el mercado de accesorios, pero al no existir un estándar para todos los vehículos, no resultaba fácil su instalación. Ante esta situación, los propios fabricantes de automóviles se dieron cuenta que había que ofrecer un sonido de mayor calidad y así nacieron los sistemas multialtavoces con amplificadores.

Radio-Casete de Porsche 911 año 1987 P.F.

Los casetes, aunque compactos, presentaban problemas de calidad de sonido y de duración (tenían cierta tendencia a enredarse…)

La solución llegó de la manos del CD que, dos años después de presentarse en 1982, se desarrolla una versión para automóviles. Rápidamente es integrada en sus vehículos por fabricantes, y en los 90, se podían adquirir sistemas multi-CD: un depósito, generalmente situado en el maletero, que se cargaba y así se podía alternar entre varios CD sin tener que intercambiarlos manualmente.

En 1998, el sistema COMAND ya combinaba radio, sistema de navegación y reproductor de CD en un solo dispositivo P.F.

En los 90 se empiezan a integrar estos sistemas de sonido con la navegación por satélite. Un ejemplo es la introducción del sistema de visualización y operación COMAND que representa un hito en la interconexión de sistemas en los vehículos Mercedes-Benz. Su estreno mundial se produjo en 1998 en la Clase S de la serie 220. Actualmente, la radio forma parte del sistema de info-entretenimiento de todos los automóviles.

Pero volvamos a nuestra historia. Para el año 2000, los reproductores de MP3 en los vehículos estaban superando a los medios físicos. Con un disco duro integrado, se podían guardar cientos o miles de archivos de canciones y elegir entre ellos a voluntad. A medida que aumentaba el espacio de almacenamiento en los teléfonos móviles, se hizo más común simplemente conectar el teléfono por USB o conectarse al sistema del coche de forma inalámbrica mediante Bluetooth.

Hoy día, en lugar de comprar dispositivos físicos o incluso descargar MP3, la omnipresencia del acceso inalámbrico a internet permite que la mayoría escuchemos música desde proveedores como Spotify.

En cualquier caso, nada ha cambiado en cuanto a la fascinación de tener una banda sonora individual con un sonido de primera calidad que te acompañe en tu viaje. Ya sean programas informativos o música, todos creamos nuestro propio ambiente sonoro dentro del espacio claramente delimitado que es el vehículo. Algunos valoran el contenido hablado, mientras que otros prefieren escuchar su música favorita. El entretenimiento no es solo un fondo sonoro, sino que estimula todos los sentidos. Aunque para algunos, el mejor sonido es el de un bello doce cilindros…

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