Vesco-Salvinelli y el Alfa Romeo 6C 1750 SS ganan la 1000 Miglia 2025

ROMA - Tras cinco emocionantes días y 1900 kilómetros recorridos, la edición 2025 de la 1000 Miglia ha llegado a su fin, con más de 400 joyas clásicas en la salida. En la última etapa, tras los sellos en Travagliato y Gussago, la larga fila de la "carrera más bonita del mundo" regresó a Brescia, donde las tripulaciones, cansadas pero satisfechas, tras el control de tiempo final en Piazzale Bruno Beccaria, desfilaron como es tradición por la rampa de Viale Venezia. El público pudo así animar a la pareja formada por Andrea Vesco (ocho victorias en total) y Fabio Salvinelli (Alfa Romeo 6C 1750 SS de 1929), que ganó la Freccia Rossa por quinta vez consecutiva.
Tras la única incertidumbre del viernes por la tarde, al final de la etapa de Parma, cuando los argentinos Erejomovich-Llanos (Alfa-Romeo 6C 1500 SS de 1929) tomaron el liderato de la 1000 Miglia, el dúo bresciano recuperó con firmeza el liderato de la clasificación, terminando la carrera con una ventaja de 264 puntos sobre la tripulación argentina.
El tercer escalón del podio fue para otro equipo argentino, Tonconogy-Ruffini con un Alfa Romeo 6C 1750 Gs Spider Z de 1931 que precedió a los brescianos Turelli-Turelli con un OM 665 S Mm Superba 2000 Cmc de 1929 y Belometti-Ricca con un Lancia Lambda Spider Tipo 221 de 1929.

En resumen, la 43.ª edición de la recreación histórica de la popular competición, tan querida en todo el mundo, fue un rotundo éxito para la marca italiana Alfa Romeo, capaz de lograr un triplete histórico. Además, la casa del Biscione cautivó a todos con la presencia del Alfa Romeo 1900 Super Sprint de 1956, de la colección Stellantis Heritage, habitualmente expuesto en el museo histórico de Arese. El equipo Luna Rossa participó a bordo de este espléndido coupé de gran turismo, sellando la alianza entre el equipo de vela más querido de Italia y la marca de la noble deportividad italiana desde 1910. De hecho, las dos excelencias nacionales han emprendido un viaje conjunto hacia la próxima Copa América, que por primera vez se celebrará en Italia, en el incomparable marco del Golfo de Nápoles. Y si bien es cierto que las emociones no necesitan palabras, bastaba admirar el 1900 Super Sprint afrontando las curvas cerradas y las subidas pronunciadas con esa inconfundible mezcla de elegancia y deportividad que lo convirtió, en los años 50, en el coupé predilecto de los gentleman drivers y en objeto de deseo del boom económico.
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