Es posible que lo veas este verano: esta cámara de velocidad es tan larga que los conductores se olvidan de reducir la velocidad.

¿Quién no ha disminuido la velocidad al ver un radar? Todos los conductores lo hacen, incluso quienes respetan el límite de velocidad. Frenar suavemente antes de llegar a la caja es, en cierto modo, tranquilizador. Es innecesario cuando se conduce a 85 km/h en una carretera con un límite de velocidad de 90 km/h, pero aun así es tranquilizador. Las señales de radares, ubicadas cientos de metros río arriba, también permiten a los conductores ajustar la velocidad para evitar las luces. El control de velocidad instantáneo ofrece a los conductores la ventaja de poder frenar en el momento justo. Pero este "truco" no siempre funciona.
No todos los radares instalados en nuestras carreteras (unos 4.500 de todos los tipos en total) funcionan igual. Algunos duran más. A veces, incluso mucho más. Es el caso de este radar instalado en la autopista A89, que conecta Burdeos y Lyon a través del Macizo Central. Puesto en servicio en 2014, controla la velocidad de todos los vehículos a lo largo de... ¡17 kilómetros! Es el radar más largo de Francia, situado a caballo entre dos departamentos, el Ródano y el Loira, entre las localidades de Pontcharra-sur-Turdine y Violay.

En este tramo de autopista que lleva a los conductores de Clermont a Lyon, el límite de velocidad es de 110 km/h. Sin embargo, se puede superar sin problema sin riesgo de multa. A diferencia de un radar convencional, que mide la velocidad en un momento específico, este radar, conocido como radar de sección, calcula la velocidad media entre dos puntos. No es necesario frenar si se superan los 110, ni siquiera los 120, pero la velocidad media a lo largo de los 17 kilómetros no debe superar los 110 km/h. Hay alrededor de cien dispositivos de este tipo en Francia, pero la particularidad de este, que abarca tres túneles, es que es tan largo que es muy fácil que los conductores olviden que están siendo monitoreados.
Este radar de sección excepcionalmente larga no es una excepción en Francia. No hace falta ir muy lejos para encontrar uno aún más grande. Basta con dirigirse al norte de España, a Palencia, una ciudad de Castilla y León situada entre Valladolid y Burgos. En una carretera limitada a 90 km/h, un dispositivo mide la velocidad media de los vehículos en una distancia de 33 kilómetros. ¡Suficiente para mantener a los conductores bajo presión durante unos veinte minutos!
Para evitar llevarse un susto y recibir una multa, la mejor solución es respetar los límites de velocidad en la carretera, tanto en Francia como en el extranjero.
L'Internaute