Automóvil. ¿Cuáles son las consecuencias del calor extremo en tu coche?

Todos hemos experimentado esto en pleno verano. Al recoger el coche después de un día de turismo o de playa, te das cuenta de que se ha convertido en un auténtico horno. Sabemos que una temperatura exterior de entre 35 y 40 °C puede hacer que la temperatura interior del vehículo alcance los 70 °C.
El sol y el calor ejercen diversas agresiones sobre tu coche. Nos referimos a la carrocería, que se verá afectada por los rayos UV, llegando incluso a desteñir ciertos colores. Pero en caso de calor intenso, las juntas también sufren los efectos del sol. Nos referimos a las juntas de parabrisas, puertas, marcos y ventanas. Estos elementos están hechos de goma. Su misión es sellar el habitáculo, pero su composición los hace especialmente vulnerables al calor. La goma se seca y pierde sus propiedades.
La cabina es sofocanteEn caso de exposición prolongada y repetida, el interior del vehículo también sufrirá las consecuencias del sol y el calor. El tablero, el volante y los asientos se ven directamente afectados por el calor debido a su proximidad al parabrisas. En algunos casos, pueden causar quemaduras. Estos materiales plásticos también se deforman o incluso se agrietan.
Su vehículo con motor de combustión interna (gasolina o diésel) transporta varias docenas de litros de combustible altamente inflamable. En un vehículo en buen estado, el riesgo de incendio es nulo. Los tanques y sistemas de combustible están protegidos. Pero en un vehículo con una fuga en el sistema de combustible, las consecuencias del calor excesivo pueden ser catastróficas. Los vapores de gasolina, o incluso una pequeña fuga, pueden convertir un vehículo aparentemente inofensivo en un incendio. El más mínimo olor a combustible debería alertarlo y obligarlo a que un profesional revise su vehículo.
Elegir el color adecuadoComo cualquier cosa expuesta al sol, tu coche absorbe la energía solar y la convierte en calor. Los vehículos con pintura oscura se calientan más rápido que los blancos o de colores claros. Estos últimos reflejan más rayos de sol que los negros. Aunque la diferencia puede ser de varios grados, cualquier coche expuesto a la luz solar directa sufre el calor.
Los vehículos modernos están equipados con parabrisas termoaislantes y ventanas tintadas. Estas ventanas contienen una pequeña cantidad de partículas metálicas que bloquean al máximo los rayos UV del sol. Los parasoles reflectantes también reducen la temperatura interior del coche. Algunas fundas reflectantes también ayudan a reflejar el calor del sol. Sin embargo, en última instancia, ciertas prácticas recomendadas serán las más útiles.
Ventilar el vehículo antes de salir bajará la temperatura varios grados antes de partir. Obviamente, usar el aire acondicionado es una solución milagrosa, de ahí la utilidad de revisarlo antes del verano. En verano, las plazas de aparcamiento son escasas, pero intenta aparcar a la sombra siempre que sea posible. Por último, haz descansos en la carretera. Los cuerpos de los niños y los ancianos son más frágiles.
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