Juan Ignacio Serena, jefe de Formación de Conductores de la DGT: “Si llegamos a una curva con exceso de velocidad deberemos frenar dentro y es muy probable que nos salgamos”

Carlos Nieto
Ninguno está a salvo de cometer un error o un despiste cuando conduce. Pero si eso ocurre cuando está a punto de entrar en una curva, el accidente puede ser muy grave. Es por ello que hay que interiorizar la manera de afrontar una curva con seguridad y anticiparse al problema con decisión y firmeza. Así lo explicaba Juan Ignacio Serena, jefe de Sección del área de Formación de Conductores de la DGT, en la revista Tráfico y Seguridad Vial: “En una curva lo mejor que podemos hacer es no frenar y sí llegar a la velocidad adecuada. Porque si abordamos una curva con exceso de velocidad tendremos que frenar dentro y es muy probable que nos salgamos”.
El primer paso a la hora de afrontar una curva es hacerlo a una velocidad que nos permita controlar el vehículo antes de llegar. Por eso es tan importante respetar los límites de velocidad y estar atento a las señales viarias que nos indiquen la proximidad de una curva. Un despiste puede acabar con nuestro coche en la cuneta o algo peor. Sobre todo hay que prestar especial atención en carreteras de montaña, dónde las curvas son más pronunciadas, muchas veces no hay arcén y nos podemos encontrar con un coche de frente sin tiempo de reaccionar. La anticipación es primordial.
Todo esto se resume, según la DGT en “dos puntos clave: uno de ellos es la velocidad y el otro, la dirección”. Y la manera adecuada de trazar una curva es la siguiente: “El conductor observa la señalización (limitación de velocidad, paneles direccionales previos a la curva) durante la aproximación a la curva y adecúa su velocidad tocando el freno y reduciendo a una marcha más corta si fuera necesario, antes de llegar a la curva”, recomienda la DGT.
A partir de ahí, “solo se debe mantener la velocidad constante y mover el volante con suavidad para seguir la trazada correcta. Si ha hecho todo esto correctamente, al ver el final podrá acelerar –suavemente– para ganar estabilidad en la salida”, tal y como puedes apreciar en la siguiente imagen.

¿Y qué pasa si ignoramos las señales y llegamos a una velocidad inadecuada? El problema es que al llegar a la curva, notaremos como nuestro vehículo no sigue la trazada y comienza a perder tracción. La reacción instintiva es frenar dentro de la curva y “al superar el límite de adherencia, es físicamente imposible seguir la línea de trazada correcta”, avisa la DGT, por lo que la salida de la vía está asegurada, como vemos en la imagen.

Así que la próxima vez que veas una señal de curva próxima, ya sabes cómo hay que actuar. Además, muchas veces verás una señal de velocidad de paso recomendada en azul. Y aunque te pueda parecer muy baja, recuerda que una conducción defensiva y calmada es la mejor garantía de llegar de una pieza a tu destino.
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