Cuidado con el mal tiempo en primavera: Cómo actuar ante una emergencia en carretera

Estos días son muchos los conductores, y sobre todo madrileños que han tenido dos días festivos, que han salido de Puente. Pero el tiempo no está acompañando en muchos puntos de la geografía española. Cuando se trata de lluvia, la Aemet establece que el riesgo meteorológico comienza a partir de las lluvias fuertes, esto es, precipitaciones que descargan entre 15 y 30 mililitros por hora. Así que, en caso de lluvias fuertes, muy fuertes o torrenciales, y si va a viajar con una previsión de lluvias intensas, la DGT señala que se deben utilizar preferentemente autopistas y autovías; y, para evitar ser sorprendidos por una crecida, mantenerse alejado y no estacionar cerca de ríos, ramblas, torrentes secos y zonas bajas de laderas.
Las lluvias torrenciales que provocan inundaciones son fenómenos habituales en ciertas épocas del año, especialmente en el arco mediterráneo. En estas situaciones, Protección Civil recomienda ante todo «localizar las zonas más altas del lugar para ponerse a salvo de una crecida del agua». En la carretera, las balsas de agua o los torrentes son los riesgos más habituales. Por ejemplo, las lluvias intensas pueden formar balsas de agua sobre la calzada que impiden seguir circulando. Por eso, es importante dar la vuelta si es posible; en autopistas o autovías, llamar al 112 y esperar el rescate en lugar seguro. También hay que evitar tramos inundados con corrientes de agua, aunque a simple vista puedan parecer inofensivos: la fuerza del agua puede arrastrar su vehículo. «Es preferible dar la vuelta y buscar otro camino. Cuando no se puede, no hay que forzar», explican en la DGPCyE.
Asimismo, protección Civil recomienda especial precaución cuando circulemos por vías de alta capacidad en zonas de montaña o de interior. «Las carreteras en Castilla y León o en sistemas montañosos como Pirineos o Sistema Central, por ejemplo, son nudos de comunicación importantes donde las grandes nevadas son recurrentes», señalan. «Lo ideal es planificar el viaje. Y si no queda más remedio que salir a la carretera con previsión de nevadas, salga siempre acompañado y bien equipado».
Así que, hay que asegurarse de repostar para iniciar el viaje con el tanque lleno de combustible. Es preferible conducir de día, ya que de noche la visibilidad es peor y pueden presentarse los problemas de las placas de hielo sobre la calzada y el cansancio en el conductor. Asegurarse también de que el tubo de escape no queda taponado si la parte trasera del coche toca con acumulaciones de nieve.
En caso de quedar atrapado por una nevada en plena carretera, es importante permanecer dentro del coche con el motor y la calefacción encendidos, renovando el aire dentro del habitáculo. Llamar al 112 para dar referencias de su ubicación, y, si la detención se prolonga, evitar dormirse con el motor en marcha.
Cuando estamos en primavera, y dependiendo la zona, también pueden ocurrir incendios forestales, situación para la que la la Guardia Civil de Tráfico y el resto de Fuerzas de Seguridad del Estado insisten en que, bajo ninguna circunstancia, se trate de cruzar si el fuego ha pasado de un lado de la carretera. El humo puede desorientar e intoxicar, y causar colisiones con otros vehículos que circulen por ese tramo. Si se ve bloqueado y desorientado en una carretera en medio de un incendio, llame inmediatamente a Emergencias. En una situación así, es muy posible que no encuentre una salida por sí mismo ni sepa en qué dirección está ni hacia donde avanza el fuego.
La Aemet también incluye los vientos fuertes en las alertas por fenómenos atmosféricos. La primera recomendación es, como en otros casos, evitar el riesgo y buscar una alternativa en los desplazamientos. En caso de que no pueda evitarlos o le sorprendan en plena vía, circule extremando la precaución y ten cuidado con los posibles objetos que el viento pueda colocar en mitad de la calzada porque pueden provocar incidentes. Mucho cuidado, asimismo, cuando circule por viaductos (pasos elevados) y salidas de túneles, donde los efectos del viento fuerte pueden comprometer especialmente la estabilidad de su vehículo. Asimismo, tenga mucha precaución en los adelantamientos a vehículos voluminosos.
Por último, las tormentas eléctricas suelen ser frecuentes en verano al atardecer y están asociadas a lluvias y vientos. Tenga en cuenta además que pueden presentarse de forma súbita e imprevisible. Si viaja, manténgase informado de las previsiones sobre posibles tormentas eléctricas. En caso de vernos sorprendidos por una tormenta con rayos y no podamos seguir circulando, a falta de mejor refugio permanezca dentro de su vehículo. Cierre las puertas, suba las ventanillas y apague el motor.
ABC.es