Híbridos e híbridos enchufables: ¿cuál es la diferencia?

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Con el enfoque creciente en la movilidad sustentable, a lo largo de los años han surgido múltiples opciones de motores para los automóviles, que ya no solo tienen motores de combustión tradicionales.
Lo mismo ocurre con los vehículos híbridos y los híbridos enchufables. Es pertinente hacer una separación dentro de la propulsión híbrida, ya que el funcionamiento es diferente. Te lo explicamos.
Los híbridos tienen gestión automática, en la que el motor eléctrico (o los motores eléctricos, ya que puede haber más de uno) sirven sólo como auxiliares del motor térmico, en situaciones como arranque, bajas velocidades o frenadas. La batería se carga utilizando parte de la energía del motor convencional y tiene una duración muy limitada.
Los híbridos enchufables permiten al conductor gestionar el vehículo, mientras éste toma el control de forma autónoma. Las baterías son más grandes y se pueden cargar. Con una mayor autonomía, el modo totalmente eléctrico puede incluso utilizarse de forma exclusiva en contextos como los desplazamientos urbanos. Pero también sirve como ayuda en arranques o a bajas velocidades. El ahorro de combustible es mayor.
En ambos casos, la combinación de los dos tipos de motor puede dar lugar a niveles de potencia superiores a los de un coche de combustión convencional.
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