El Papa León XIV y la visita sorpresa en la furgoneta

«Tenía muchas ganas de venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como sucesor de Pedro». Son las palabras del Papa León XIV en el santuario de la Madre del Buen Consejo en Genazzano, municipio al sureste de Roma, pronunciadas en la tarde del sábado 10 de mayo. Una visita sorpresa del Papa americano que llegó a bordo de una Volkswagen Multivan azul oscuro, sentado en el asiento del copiloto. En los últimos días, los vehículos de la marca de Wolfsburgo han hecho varias apariciones en la Santa Sede en virtud de lo que parece ser una colaboración entre el Vaticano y Volkswagen, con vehículos cómodos y cotidianos con matrícula Scv utilizados para transportar al Papa y a los cardenales.

En el funeral del Papa Francisco, el sábado 26 de abril, cuatro todoterrenos eléctricos ID.4 y otras tantas furgonetas ID.Buzz fueron vistos en la procesión fúnebre y en las escaleras de la Basílica de Santa María la Mayor, donde fue enterrado Bergoglio, detrás de la camioneta Dodge Ram 1500 adaptada como coche fúnebre. El 8 de mayo, León XIV llegó, pocas horas después de la fumata blanca, al palacio del Santo Oficio, su residencia cardenalicia, a bordo de un Tiguan de color oscuro. Dos días después de la visita a Genazzano a bordo de la furgoneta de la marca alemana.

Al final de su visita al Santuario de Genazzano, el Papa León XIV se presentó en el portal de la basílica y, saludando a los presentes, les dirigió algunas palabras, expresando su alegría por haber podido venir a rezar a la Madre del Buen Consejo, "un don tan grande" para el pueblo de Genazzano, del que nace también una gran responsabilidad: "Como la Madre nunca abandona a sus hijos, también vosotros debéis ser fieles a la Madre". El Papa saludó a los jóvenes, también a los jóvenes de corazón –«¡Somos todos!», dijo– y evocó el espíritu de entusiasmo con el que seguir a Jesús, según el ejemplo de María. Finalmente, antes de abandonar el Santuario, bendijo a los presentes. De regreso a Roma, la siguiente parada fue Santa María la Mayor, donde se detuvo frente al icono de la Salus Populi Romani y para una oración privada ante la tumba de su predecesor Francisco.