Cómo Ferrari pudo haber conseguido la pole en el GP de Italia, según los datos

Después de un fin de semana para olvidar en los Países Bajos, las primeras sesiones en pista dieron a los Tifosi la esperanza de que Ferrari aún pudiera ofrecer un buen resultado en su Gran Premio de Italia.
Sin embargo, persiste la sensación de que la clasificación en Monza no estuvo a la altura de lo realmente posible, y que los pilotos de Ferrari tendrán ahora muchas dificultades para alcanzar el resultado que buscan: la victoria. Pero ¿podría el equipo italiano haber logrado más? Analicemos esta cuestión a través de los datos de telemetría.
¿Estaba Ferrari en condiciones de lograr una mejor clasificación en Monza?Incluso después de la primera hora de rodaje en el legendario circuito de Monza, Ferrari parecía un equipo rejuvenecido con un nuevo propósito. Lewis Hamilton y Charles Leclerc ocuparon los dos primeros puestos en la tabla de tiempos, y el ambiente general en el equipo parecía significativamente mejor que el fin de semana anterior, al menos por lo que pudimos apreciar como espectadores.
Los buenos tiempos por vuelta continuaron en la FP2 y la FP3, donde Leclerc logró ser el segundo piloto más rápido de la parrilla. Dado que el SF-25 rinde mucho mejor en pistas de este tipo, y considerando que esta es la carrera de casa de Ferrari, las expectativas crecieron comprensiblemente.
El circuito italiano es conocido por sus altísimas velocidades medias, por lo que cada equipo suele desarrollar un alerón trasero específico para esta carrera. Pero para estar lo mejor preparados posible para el circuito de Monza, técnicamente único, los ingenieros de Ferrari optaron por una estrategia poco común.
El equipo decidió ahorrar tiempo y recursos incorporando una versión ligeramente modificada del alerón trasero del año pasado. Esto ahorraría tiempo y capacidad de simulación aerodinámica al equipo de ingeniería, que posteriormente podría destinarse al desarrollo de otros componentes.
Dicho esto, todos sabemos lo bien que se desempeñó Ferrari en Monza el año pasado, así que ¿por qué cambiar algo que ya ha demostrado funcionar?
El resultado fue una notable ventaja en velocidad punta: durante la clasificación, sólo Sauber logró registrar velocidades de trampa más altas.
Gracias a este sólido rendimiento en recta, ambos pilotos de Ferrari se vieron en la lucha por la pole o, al menos, por una salida en primera fila. Tras las primeras vueltas rápidas de la Q3, Leclerc fue el segundo más rápido, a tan solo 0,084 segundos de Verstappen.
Al comparar las vueltas, es evidente que la ventaja de velocidad en línea recta ayudó a Leclerc a ganar tiempo en cada recta. Tuvo una mejor actuación en la primera chicana, ganando una décima, pero Verstappen la recuperó en la sección de las curvas 4 y 5.
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El momento crítico llegó en la curva 9, donde Max se aseguró una pequeña victoria, no por una ejecución impecable, sino por un ligero error de Leclerc. El piloto monegasco se fue ligeramente demasiado largo y se pegó demasiado al piano, lo que le costó valiosas décimas.
Tras regresar al box, llegó el momento de un último intento de vuelta rápida en la Q3. Aquí es donde las cosas empezaron a ir mal para Ferrari. Ni Leclerc ni Hamilton lograron mejorar su tiempo, mientras que el resto de los punteros encontraron tiempo en sus segundas vueltas.
Entonces ¿cuál era exactamente el problema?
En el caso de Leclerc, el problema se presentó principalmente en la curva 1 y la última curva. Si bien las imágenes a bordo no revelan nada particularmente dramático, la telemetría cuenta una historia diferente: Leclerc fue una décima más lento en la curva 1 en su segunda pasada. El resto de la vuelta se mantuvo prácticamente igual, sin grandes variaciones.
En Parabólica, Leclerc también perdió algo de tiempo. En su primer intento, salió de la curva con mucha mejor aceleración, lo que le permitió alcanzar una mayor velocidad punta en la recta principal.
Esto se puede ver en la imagen de abajo, donde el primer intento de vuelta rápida de Leclerc en la Q3 está marcado en blanco. Curiosamente, los datos de aceleración prácticamente no muestran diferencia entre ambas vueltas. En base a esto, podemos concluir que Leclerc simplemente no tuvo el mismo nivel de agarre en su segunda vuelta de la Q3 que antes.
La historia de Hamilton fue casi idéntica. En su segundo intento de entrar en la Q3, perdió más de una décima respecto a su primera vuelta rápida. Aunque fue más rápido en otras partes del circuito, esa desventaja inicial resultó crucial, sobre todo considerando lo ajustada que estaba la parrilla en la clasificación.
Y cuando la clasificación está tan ajustada, incluso los detalles más pequeños son suficientes para dejarte fuera de la contienda por la primera fila.
¿Habría ayudado un remolque por la recta principal?Debido a la larga recta principal de Monza, rodar a rebufo de otro coche puede ofrecer una gran ventaja. Se estima que puede suponer hasta tres décimas de segundo, una ganancia considerable considerando lo estrechas que fueron las diferencias en esta sesión.
Esta teoría cobró fuerza debido a la penalización de cinco puestos de Hamilton en la parrilla. Independientemente de lo bien que clasificara, saldría más atrás, lo que lo convertiría en el piloto ideal para remolcar a Leclerc. No sería la primera vez que Hamilton apoyaba a un compañero de equipo en la pista.
Sin embargo, Ferrari decidió no seguir esta estrategia, y nunca sabremos cuánto habría cambiado. Lo que sí sabemos es que si le restamos 0,3 segundos a la mejor vuelta de Leclerc, este habría conseguido la pole position.
Parece que esta vez, Ferrari estaba más preocupado por evitar complicaciones innecesarias que por arriesgarlo todo por una oportunidad de victoria en su Gran Premio de casa.
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