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Inusual. El Ford Gran Torino de Starsky y Hutch: Starsky no lo quería.

Inusual. El Ford Gran Torino de Starsky y Hutch: Starsky no lo quería.

Si hay una serie que ha marcado a toda una generación, y que permanece viva en la memoria medio siglo después, es Starsky y Hutch. Es 1975, y la cadena estadounidense ABC decide producir la historia de dos policías que trabajan en Bay City, una ciudad californiana imaginaria inspirada en Los Ángeles.

La trama es sencilla: Starsky, de cabello oscuro y criado en Nueva York, es algo ingenuo y muy extrovertido, mientras que su compañero rubio, Hutchinson, interpretado por David Soul, es más reservado y reflexivo. A pesar de sus aparentes diferencias, son como hermanos. Solo queda una cosa por resolver: encontrar un vehículo para estos dos policías.

Podría haber sido un Camaro

Para perseguir a los gánsteres, se necesita un coche deportivo. Esto lleva a los productores a elegir inicialmente un Chevrolet Camaro verde y blanco. Pero el coche es caro y la productora no consigue un acuerdo de colocación de producto con Chevrolet. Además, los productores creen que no se desliza lo suficiente en las curvas.

Ford, socio de la serie

Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, los productores Aaron Spelling y Leonard Goldberg se asociaron con una empresa de alquiler de coches para cine y televisión. Esta empresa, el Programa de Préstamos de Coches para Estudios y Televisión de Ford Motor Company, es una filial de Ford. Tras revisar el catálogo de la empresa de alquiler, los productores probaron un Ford Gran Torino y decidieron que sería el coche ideal para la serie.

Varios modelos de la marca aparecerán regularmente en la serie. El Gran Torino de los dos policías estará acompañado por un Lincoln, confiado a Huggy, el Buen Propina. Hutch posee un Ford Galaxy beige y blanco, del que apenas se ve en los episodios.

Pero aún quedan algunas cuestiones por abordar.

No es lo suficientemente deportivo

El primer problema es que el Gran Torino, al que solemos considerar un muscle car en nuestro lado del Atlántico, se consideraba claramente un cupé torpe y de baja potencia. Si bien tiene un motor V8 de 400 pulgadas cúbicas (6,6 litros), aquí solo desarrolla 158 caballos. Esto se debe a las primeras normas anticontaminación en Estados Unidos, que literalmente ahogaron los motores.

El segundo problema es que el sonido del motor V8 no satisface en absoluto a los ingenieros de sonido de la serie. La decisión está tomada: el sonido del coche en los distintos episodios será reemplazado por sonidos V8 más potentes y contundentes. Ahora es el momento de dotar a este cupé de verdadera personalidad.

Una raya blanca que lo cambia todo

Para darle un toque personal a este enorme y desangelado cupé, los productores recurrieron a George Barris, especialista en coches personalizados y preparación de vehículos para películas. Es responsable de la decoración del Porsche 550 Spyder de James Dean y de los accesorios de Kitt, el coche de la película K2000. Ante la falta de presupuesto, George Barris simplemente le puso una franja blanca al Ford. Este Gran Torino es ahora único.

Paul Michael Glaser odia a Ford

Cuando llegó el momento de presentarle "su" coche al actor Paul Michael Glaser, quien interpretó a Starsky, la situación fue un desastre. El actor odiaba el coche. Peor aún, tras las primeras tomas, no ocultó su odio hacia el coche, que le parecía inmanejable y difícil de manejar. David Soul, por su parte, se quejaba constantemente de los asientos, que le parecían demasiado resbaladizos y lo lanzaban constantemente hacia adelante. Estas incomodidades no impidieron que el coche y los actores se convirtieran en estrellas.

Unas diez copias

La serie sería un gran éxito tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Francia sería uno de los países más vistos. En total, se usarían unos diez vehículos durante el rodaje. Si prestas atención, notarás que la franja blanca no siempre era idéntica según el episodio.

Ford aprovechó el éxito de la serie produciendo 1100 modelos rojos con franja blanca. Estos modelos se vendieron como pan caliente.

Un recuerdo aún intacto

Incluso hoy, el Gran Torino sigue siendo uno de los coches de televisión más famosos. En Francia, algunos entusiastas siguen manteniendo viva la leyenda. Es el caso de Movie Cars Central, que ofrece clases de conducción del Starsky y el Hutch Gran Torino. Una forma fantástica de sentirse como Starsky o Hutch.

No hay ninguna persecución en Los Ángeles en el programa, sino una experiencia única al volante del legendario Ford Gran Torino rojo y blanco cerca de París. El recuerdo de la serie de culto está lejos de desvanecerse.

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