El efímero y genuino automóvil de los años 50 repleto de potencia y carácter

Elías Juárez
Fundada en el año 1938 como una de la divisiones de Ford, la firma de automóviles Mercury contó con una larga trayectoria en el continente americano hasta su desaparición como marca en 2011. Durante todas esas décadas, la firma dio a luz a numerosos modelos, pero algunos de ellos fueron auténticos desconocidos para el gran público al otro lado del Atlántico, en tierras europeas.
Uno de ellos fue el Turnpike Cruiser, presentado en 1957 y que nació como buque insignia de Mercury, destacando por su aspecto lujoso sin renunciar a otras cualidades como la potencia y el carácter propio. Este modelo contaba con una serie de características únicas y con la tecnología más avanzada de la firma en aquel momento.

Entre su equipamiento más destacado se encontraban los controles de la transmisión mediante un pulsador, el ordenador de a bordo, un parabrisas de curva compuesta y una particular luna trasera activa de tipo “breezeway”. Dicha luna se podía bajar con solo pulsar un botón, permitiendo la entrada de aire en la cabina desde la parte trasera.
No hay que pasar por alto que el Turnpike Cruiser también contaba con un asiento eléctrico con memoria, algo muy poco habitual a finales de los años 50. Las posibilidades exteriores bitono y las opciones de tapicería tricolor realzaron aún más el atractivo del coche y su posición en el mercado de lujo de la época.
Para apreciar su atractivo diseño solo hay que fijarse en las fotografías que acompañan el artículo, que son de un ejemplar restaurado que conserva toda su personalidad. Esta versión de 1957 de faros cuádruples y que combina los tonos blanco pastel y rojo anaranjado, luce molduras cromadas y de aluminio que se encuentran en excelente estado.

Por su parte, en el interior del habitáculo se emplean tres tonos (marrón, blanco pastel y crema), así como detalles dorados y cromados, con un toque de aluminio en el tablero. El compartimento del motor alberga un V8 de 6.0 litros, que era el único disponible en el modelo en 1957 y estaba asociado a un cambio de cuatro velocidades.
Desarrollaba 290 CV de potencia y 549 Nm de par máximo, cifras que permitían mover con soltura un coche pensado sobre todo para viajar.

Hay que tener en cuenta que el Turnpike Cruise tuvo una vida muy corta como modelo. Y es que Mercury dejó de producirlo tras la generación de 1958 y se fabricaron alrededor de 23.000 unidades.
Si te interesa conocer este automóvil americano con mayor detalle, solo tienes que echar un vistazo al vídeo que acompaña este artículo, donde aparece en plena acción el ejemplar de las fotografías.
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