De Meo renuncia como CEO del Grupo Renault y dejará el sector del automóvil

Luca de Meo dejará el Grupo Renault, que dirigía desde julio de 2020, "para emprender nuevos retos fuera del sector de la automoción". Su renuncia voluntaria como CEO se hará efectiva el próximo 15 de julio, según un comunicado de la compañía francesa, pero seguirá desempeñando sus funciones hasta esa fecha.

Su destino, según publican el diario italiano Il Correire y el francés Le Figaro, es el conglomerado de marcas de lujo Kering (hasta 2013 conocido como Pinault), propietario de enseñas como Gucci, Balenciaga o Yves Saint Laurent. Propiedad de la familia Pinault, gestiona el holding Artémis, que administra otras inversiones y negocios, incluyendo la casa de subastas Christie's, la revista Le Point y el equipo de fútbol Stade Rennais.

Mientras, el Consejo de Administración "ha iniciado el proceso de nombramiento de un nuevo director general, basándose en el plan de sucesión ya definido". Es decir, según las indicaciones recogidas en su gobernanza

En este sentido, fuentes internas han descartado que el español Josep María Recasens, actual número dos de Renault, pueda ser ese sucesor. Y eso que una de las últimas decisiones que tomó el directivo italiano, de 58 años, fue delegar en él la máxima responsabilidad sobre Ampere, la división de coches 100% eléctricos y de software de Renault. Recansens ya era director mundial de estrategia de la compañía.

De Meo cierra de esta forma una larga trayectoria en el mundo del automóvil, que arrancó en 1992 precisamente en Renault. Toyota, luego Fiat (marca que dirigió y donde relanzó el nuevo 500 y se ''inventó' Abarth) fueron sus siguientes destinos hasta que en 2009 ficha como director global de Marketing del Grupo Volkswagen.En 2015 le encomienda recuperar Seat, aunque su deseo hubiera sido suceder a Rupert Stadler al frente de Audi.

Bajo su mandato, Seat vuelve a la senda de los beneficios y también es el responsable, junto con Wayne Griffiths, de la creación de Cupra como una marca propia, más deportiva y mucho más rentable que la propia Seat. Por eso, es también a la que los alemanes confían los primeros modelos eléctricos.

El siguiente salto lo da por sorpresa en enero de 2020, poco antes de que estalle la pandemia, cuando anuncia que deja Seat. En aquel momento, ya negociaba su incorporación a Renault, que pasaba por momentos complicados. Su trabajo en la compañía gala, donde también le tocó renegociar la alianza que Renault mantenía con Nissan desde 1999, ha sido impecable, tanto desde el punto de vista industrial como financiero. De hecho, fue de los pocos constructores que el año pasado no tuvo que realizar un profit warning para proteger sus resultados financieros.

Buena parte de ese éxito se ha basado en una estrategia que ha hecho de España un referente industrial estratégico. "Siempre la hemos considerado como nuestra segunda casa" ha repetido varias veces este ejecutivo acostumbrado a inventarse términos curiosos como Renaulution, con el que definió el plan (en tres fases) para recuperar Renault.

Y es que, mientras dejaba en el Norte Francia la producción de los modelos 100% eléctricos -tal y como se había comprometido con el Gobierno galo cuando éste les ayudo económicamente en 2020- hizo de España su polo mundial de modelos híbridos. Es decir, la tecnología más demandada por los clientes en Europa y que llevan coches como los Renault Captur, Austral o Espace que se ensamblan en Palencia y Valladolid.

En clave internacional, De Meo también ha sido el directivo más combativo con las políticas de la UE respecto al automóvil, logrando reconducirlas tanto desde la cúpula de Renault como desde la presidencia de la patronal de los fabricantes europeos Acea, que ocupó hasta el pasado año. La última andanada fue precisamente una entrevista conjunta con el presidente de Stellantis, John Elkann, en la que pedía medidas que impulsaran la producción de coches pequeños.

El presidente del consejo de Administración de Renault, Jean-Dominique Senard ha destacado esta misma tarde que "Luca de Meo ha trabajado para devolver al Grupo Renault el lugar que le corresponde... Además de ser un líder excepcional en la industria, también es una persona creativa, comprometida, apasionada e inspiradora. Hoy, toda la empresa se une a mí para agradecerle todos estos años y todos los retos colectivos superados con éxito" señalaba.

"Llega un momento en la vida en que uno sabe que el trabajo está hecho. En Renault Group, Hemos logrado lo que muchos creían imposible y los resultados son los mejores de nuestra historia. Por eso he decidido que es hora de ceder el testigo" aseguraba De Meo en el comunicado difundido por la empresa gala.

Curiosamente, su despedida se produce sólo siete meses después de la partida de Carlos Tavares como CEO de Stellantis, al que nunca se postuló como posible sustituto. No se llevaban especialmente bien, como desmostraban con sus declaraciones públicas, pero la salida de ambos deja a la industria mundial del automóvil sin dos de sus últimos grandes referentes.