Así es un eléctrico de más de 800 CV, con aspecto retro y creado por una mujer
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Kristie D'Ambrosio‑Correll, ingeniera del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), ha creado Dacora Motors con un primer vehículo eléctrico de más de 800 CV, aspecto retro de los años 30 y un precio estimado en medio millón de dólares (unos 434.000 euros). Así nace la primera marca estadounidense de coches eléctricos de ultra lujo fundada y dirigida por una mujer.
La historia nace en Hudson Valley, Nueva York, donde D'Ambrosio‑Correll creció inspirada por la pasión automovilística de su familia. Junto a Eric, su pareja y socio y ambos exalumnos del MIT, se propusieron dar forma al «coche americano de ultra‑lujo» basado en una pregunta que Kristie hizo en su infancia: «¿Cuál es el mejor coche americano que puedo comprar?», a lo que su padre respondió: «no existe… pero quizás algún día lo construirás». Esa promesa hoy toma forma con Dacora.
El diseño, obra de Pininfarina, se inspira claramente en los estilizados modelos Streamline Moderne de la década de 1930: capó largo, pasos de rueda voluminosos y silueta fastback. El vehículo, aún sin nombre oficial, «parece sacado de El Gran Gatsby». Aunque faltan detalles técnicos completos, la marca anticipa que contará con más de 800 CV, una autonomía superior a los 640 km y una aceleración de 0 a 100 km/h en torno a los 4 segundos. El sistema mecánico será 100% eléctrico, con una opción híbrida aún en estudio, y el chasis se basa en una plataforma ya homologada, lo que acelerará los procesos de certificación.
Aparte de su estética exterior, el modelo de Dacora quiere diferenciarse del resto también en el interior. Estamos ante una obra artesanal hecha de maderas nobles, cuero cosido a mano y tejidos como la lana o el lino, sin plástico ni presencia permanente de pantallas.
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El coche ofrece un aspecto «analogico pos‑digital» con mandos mecánicos y una pantalla oculta detrás de paneles de madera. Destaca también su cocina modular interna: puestos para tres a siete plazas, con opciones que incluyen humidor para puros, máquina de café o hasta un bonsái bajo cúpula de cristal.
Los diseñadores llaman a esto «personalización evolutiva»: tapicerías intercambiables según la estación y materiales suministrados por el cliente (maderas históricas o familiares). «Estamos inspirados en el diseño atemporal y creemos que el futuro del lujo es profundamente personal, conectado e inconfundiblemente humano», ha explicado D'Ambrosio‑Correll.
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